Cómo se produce el acoplamiento

Generalmente es el macho el que es levado a la hembra durante el periodo en que esta se deja montar. También se puede descubrir el mejor momento para la monta observando el comportamiento de la hembra que, cuando acepta al macho desplaza la cola hacia un lado, especialmente cuando nota algún contacto en el lomo. Se dan casos de hembras que se comportan con tranquilidad incluso ante machos desconocidos, y otras que son mas nerviosas y necesitan cierto tiempo para las “presentaciones”.

La fase preliminar se caracteriza por unos juegos rituales de galanteo. Los dos perros se olisquean y se lamen hasta que la hembra de que el macho se suba a su grupa (monta) y permite la unión (copula). En algunos casos la hembra no acepta al macho y lo rechaza, a veces de forma incluso enérgica y agresiva. El motivo de ello puede ser la elección errónea del periodo, pero a veces puede deberse a un comportamiento anómalo de la hembra. En los perros jóvenes puede ocurrir que el macho tenga que ser ayudado y la hembra sujetada, aunque siempre es mejor que los dos perros tengan tiempo suficiente para una monta natural.

Durante la monta se produce la erección del pene, que penetra en la vagina. Al cabo de poco el macho se baja de la grupa de su compañera y, gracias a una particularidad anatómica, se gira sin poderse separar. El pene se dobla unos 180 grados y los dos perros permanecen cola contra cola durante 15 o 20 minutos, aunqeu este periodo puede variar oscilando entre 5 y 45 minutos.

Durante esta segunda fase se produce la eyaculación del liquido prostatico. A continuación disminuye el volumen del pene y los dos perros se separan. Es importante no provocar una separación violenta que podría  causar lesiones en los órganos genitales. Para que esto no ocurra es necesario que dos personas asistan a la monta y estén preparadas para retener a los dos perros y evitar así una separación brusca.

Se aconseja que los perros efectúen dos o tres acoplamientos, con intervalos de 24 a 48 horas uno del otro.

Cuando no se logra hacer acoplar a los dos perros, se pueden recurir a la inseminación artificial.


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