Reglas de comunicación con el perro
Reglas de comunicación con el perro.
- El perro es un animal social. Sus comportamientos están determinados por las características de la especial y de la raza, y por el entorno en el que transcurre su vida desde cachorro hasta llegar a adulto. En este sentido, para educarlo de forma correcta, con el objetivo de conseguir un animal equilibrado y no neurótico, es importante empezar a comunicarse con el y a entender sus mensajes cuando es un cachorro, porque durante este primer periodo de la vida tiene la máxima capacidad de aprendizaje.
- Si se quiere someter al cachorro o al adulto (siempre con anterioridad haya sido establecido y reconocido nuestro dominio sobre el animal) hay que cogerlo por el cogote igual que hace la madre con sus cachorros.
- Mirar a un perro fijamente a los ojos es una señal de desafió.
- Algunos estímulos particulares, como sombreros, uniformes, monos de trabajo o una indumentaria diferente a la habitual, como por ejemplo la bata del veterinario, pueden provocar reacciones de huida o, en algún caso, de agresividad, si el perro no esta acostumbrado.
- En ocasiones el perro puede reaccionar negativamente ante estímulos aparentemente neutros, o que al menos así lo parecen. Generalmente, esto ocurre porque el animal relaciona tales estímulos con experiencias particularmente negativas o traumaticas vividas en el pasado.
- No hay que aproximarse a un perro extraño con los brazos en alto, gesticulando exageradamente o pisando ruidosamente el andar.
- Una orden de obediencia tiene que ser dada con un mensaje acústico y visual siempre igual. Si el perro recibe ordenes de varios componentes de la familia, es importante que todas las señales concuerden y que todos tengan las mismas reacciones ante sus comportamientos.
- Los premios o las reprimendas solo son eficaces si tienen lugar inmediatamente después de la falta o del comportamiento acertado del animal, y no cuando hayan transcurrido horas o incluso minutos.
- La comunicación entre el niño y el perro suele ser inmediata y recíprocamente valida. Sin embargo, es conveniente controlar, sobre todo al principio, el trato entre los dos, para evitar malentendidos desagradables por parte de ambos.
- Nunca hay que ejecutar castigos violentos.